El furor de las aplicaciones de citas ya no es tal. Motivados por las grandes decepciones que se llevan los usuarios al pasar de la virtualidad a la realidad, en el último tiempo muchos Romeos y Julietas decidieron volver a la era analógica y conocer otro corazón in situ, sin los artilugios de los filtros de foto ni la distancia del teclado. Así también lo entendió la empresa española Mercadona, que lanzó una campaña de marketing que causó furor en la península, replicándose rápidamente en varios países del mundo, Argentina entre ellos.
La estrategia amorosa implicaba ir a cualquier supermercado de la cadena Mercadona entre las 19 y 20 horas, ubicar un ananá invertido en el changuito y comenzar a dar vueltas por las góndolas hasta que otro u otra con la misma intención, le choque suavemente el vehículo para dar una señal de match. En caso de un flechazo a primera vista, la compra podía ser de a dos o simplemente abandonar todo y darle rienda suelta a los deseos del amor. La regla que se pedía era que si los interesados tenían entre 18 y 25 años hicieran su búsqueda en la zona de congelados, mientras que los adultos debían darse cita en el sector de la pescadería.
For export
Frente al éxito europeo, en Argentina fueron varios los comercios que recogieron el guante para atraer personas a sus puntos de venta. En principio fue la cadena Farmacity, que propuso a través de diversos influencers la idea de visitar sus locales para “farmatchear”. La secuencia es visitar sus laberínticos negocios entre las 19 y 20 horas, tomar un cepillo de dientes y comenzar a caminar por sus pasillos mostrando el símbolo del deseo. En caso de llevar un cepillo de color rojo, la persona está en busca de un amor ocasional, efímero, “de una noche” como dirían las malas lenguas. Por el contrario, si el cepillo es de color blanco, quien lo porta está en busca de una pareja estable.
Sobre esta cuestión, la humorista Connie Ballarini improvisó un monólogo en su show de stand up que se hizo rápidamente viral, donde se sorprendió frente al conocimiento que su público tenía sobre el asunto. Y entre chistes e ironías, pedía que en Argentina se cambiara el ananá por una fruta más accesible como ser naranjas o manzanas marca Moño Azul.
Otra empresa que propuso la misma técnica pero con un lenguaje más argentino fue Coto, que invita a los solteros del barrio a acudir a sus sucursales entre las 20 y las 21 horas, con un shampoo Plusbelle de manzana invertido dentro el changuito. El campo de interacción también es la góndola de los vinos bajo el código de chocar sutilmente a quien nos guste. Dice Sebastián, de 51 años, a NOTICIAS: “Fui a ver qué onda y es cierto que hay personas deambulando sin una compra específica por los pasillos del supermercado. Vi muchos más hombres que mujeres pero, de crecer esta tendencia, es más divertido que entrar en una aplicación y pasarse horas poniendo corazones a perfiles no muy reales”.
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