En mayo del año 2022, Fabiana Araujo se separó del economista Alex Pérez Escoba y tras la separación contó el calvario que vivió a manos de su expareja, al punto que tuvo que ser asistida por un botón antipánico. Tres años después, volvió a apostar por el amor y presentó a su actual pareja, un hombre llamado Marcelo Dimini.
Decidió compartir con sus seguidores la nueva pareja que formó con el empresario dueño de un comercio en Florida Oeste, con una selfie cargada de amor, en la cual se la puede ver a ella en primer plano y detrás de ella a Marcelo. “Cuando me abrazaste en la puerta de mi casa me dijiste ‘olés a primavera’”, comienza el posteo de Araujo.
“Fue tan espontáneo y extraordinario que supe que habíamos vivido mil primaveras en mil vidas”, escribió ella, envolviendo la escena en un aura de reencuentro místico. Porque no se trata de un amor recién nacido, sino de uno que parece haber estado esperando el momento de decir: ahora sí.
Él no se quedó atrás. Contestó con un tono que no disimula su desborde afectivo: “¡Muero de amor por vos! Por 1000 años de primaveras interminables, de puestas de sol épicas, de mañanas con ricos cafés, almuerzos entre risas y cenas mirándonos a los ojos”.
La reacción fue inmediata. En los comentarios, comenzó un diálogo que parecía transcurrir en voz baja, como si olvidaran que estaban en una red social. “Por mirarnos siempre a los ojos”, le dijo ella que atravesó una dura enfermedad, como si firmara un pacto invisible.
Y él respondió con palabras que podrían haber cerrado una escena de película romántica: “De la mano, del brazo, abrazados, pero siempre juntos”. Las últimas publicaciones de Dimini en sus redes sociales son de un viaje a Italia junto a su hija, Abril.
En sus historias destacadas, no solo compartió el buen momento que estaba pasando, sino la cuenta regresiva para reencontrarse con su pareja. Esta nueva apuesta por el amor viene luego de que la panelista de Implacables sufriera violencia psicológica y verbal por parte de su exmarido.
En una entrevista con María Laura Santillán contó a fondo el padecimiento que atravesó: “Las banderas rojas aparecen siempre. Cuando la violencia no es física y es psicológica, empieza muy sutil, te va entrando, limando de a poquito. Estas personas que ejercen ese tipo de violencia, tienen un costado muy encantador, muy luminoso, muy seductor“.
“Entonces fluctuás entre el violento y la persona luminosa. Uno va justificando la ira: se puso mal porque yo dije tal cosa, porque yo hice tal cosa, porque yo no contesté tal cosa. Uno se va sintiendo culpable de crear esa situación”. Hubo un episodio en particular que destacó, de los primeros meses durante un viaje a Estados Unidos.
“Fuimos a Miami una vez y nos encontramos con unos amigos míos que viven allá. Con ellos, cuando yo viajaba sola, nos sacábamos siempre una foto los tres. Cuando fui con Alejandro, mi amiga quiso repetir esa foto de los tres, como tantos años. ‘¿Para qué me sacaste de la foto? Sos una negra villera’. A mí, que me educaron en Europa. Pegó una piña a la pared del hotel”.
En los momentos de ira el economista la echaba de la casa que compartían en el barrio de Martínez, cuatro veces ella se fue y volvió, pero a la quinta decidió hacer un cambio en su vida. “La cuarta vez le dije: Si me volvés a echar, no vuelvo. Y así fue. La quinta vez que me echó no volví, no volví nunca más. Él se justificaba cuando me echaba, me decía: te echo porque si no puede ser mucho peor”, recordó.