La actriz estadounidense Kelley Mack, reconocida por su papel de “Addy” en la exitosa serie de zombies “The Walking Dead”, murió a los 33 años tras batallar con un tumor cerebral, según confirmó su hermana a través de las redes sociales de la artista.
“Con una tristeza imborrable estamos anunciando el fallecimiento de nuestra querida Kelley. Una luz tan brillante y ferviente ha transitado al más allá, donde todos finalmente debemos ir”, escribió en Instagram.
Además, la hermana contó que la artista murió “pacíficamente el sábado por la noche con su amada madre Kristen y la firme tía Karen presentes”. “Kelley ya ha llegado a muchos de sus seres queridos en forma de varias mariposas. La echaremos de menos tanto hasta las profundidades que las palabras no pueden expresar”, graficó.
El 3 de enero pasado, Mack había compartido también en sus redes el diagnóstico que recibió tras sufrir durante un tiempo algunos dolores en la zona lumbar y sus piernas: glioma difuso de línea media (DMG).
Según la prestigiosa Clínica Mayo, se trata de “un tipo poco común de tumor cerebral canceroso” que, si bien es más común en niños de entre 5 y 10 años, también puede presentarse en adultos.
Es “difuso” porque “las células cancerosas se han propagado más allá del tumor y han alcanzado el tejido cerebral sano”, de “línea media” porque “se encuentra en la sección media del sistema nervioso central”, y se lo denomina glioma porque “se desarrolló a partir de células gliales, que son células auxiliares en la sustancia blanca del cerebro”, explica la entidad médica en su web oficial.
“Ella querría que todos ustedes supieran lo mucho que ella los ama. Y como su hermana, quiero que todos sepáis lo valiente que fue ese duro SOB, especialmente cuando decidió dar el salto para reunirse con Dios. Estoy tan orgullosa de ella”, completó su hermana el mensaje.
Quién era Kelley Mack: de las producciones independientes a una serie exitosa
Kelley Mack nació el 10 de julio de 1992 en Cincinatti, Ohio, estado donde “celebrarán su vida” este 16 de agosto.
Estudió cinematografía en la Dodge College of Film and Media Arts, en la Universidad Chapman, antes de iniciar su carrera como actriz en producciones independientes.
Su debut se produjo en el cortometraje “The Elephant Garden” y luego tuvo personajes de reparto en producciones como “Chicago Med” y “9-1-1″, hasta que le llegó la oportunidad de lucirse en cinco episodios de la novena temporada de “The Walking Dead”, entre 2018 y 2019.
Su personaje, que había sobrevivido a un apocalipsis zombie, fue asesinado por el líder de un grupo conocido como “Los Susurradores”.
El diagnóstico de su enfermedad y su lucha contra ella
El 3 de enero pasado, a través de sus redes, Mack reveló que tenía una delicada enfermedad, cuyos primeros síntomas comenzó a sentirlos en octubre del año pasado, con dolores en las piernas y espaldas que la obligaron a dormir en un sillón reclinable.
A raíz de ese cuadro, le practicaron una resonancia de emergencia que reveló “una masa anormal” en su médula espinal y luego le informaron el diagnóstico
“Debido a la cirugía de biopsia en mi médula espinal, he perdido el uso de mi pierna derecha y la mayor parte de mi pierna izquierda, así que ahora me muevo con un caminante y una silla de ruedas”, contó en aquella oportunidad.
Y agregó: “Estoy decidida y sé que este finalmente será un capítulo corto en mi largo libro. La positividad, el amor y las oraciones que me están enviando ya es abrumador y lo siento todo. Muchas gracias”.
Diez días después, en el inicio de su tratamiento, Mack realizó otro posteo en el que describió sus sensaciones sobre el primer día de tratamiento. “Sentí como si estuviera filmando un episodio de mi nuevo programa de televisión, ambientado en una nave espacial flotando en algún lugar de nuestra galaxia infinita”, expresó.
ES