Boca y Racing apenas terminaron igualados
Solari puso en ventaja a los de Avellaneda, y cerca del final Giménez pudo marcar el empate. El conjunto local continúa con su mala racha: 12 sin ganar.
El tiempo sigue transcurriendo y no juega a favor de Boca. El regreso del equipo al torneo local volvió a reflejar las carencias futbolísticas que padecía anteriormente, y lo más preocupante es que no se vislumbra un horizonte diferente para empezar a revertir este presente.
El rival era de riego. Racing posee un plantel de jerarquía, y es uno de los aspirantes en la Copa Libertadores. Por ese motivo, el entrenador Gustavo Costas reservó para este compromiso a algunos jugadores, debido a que el martes visitará a Peñarol de Uruguay.
El conjunto de Avellaneda fue el que mostró mayor predisposición para buscar el desequilibrio durante todo el primer tiempo, y llevó el desarrollo del juego hacia el campo de Boca. El local sólo atinaba a esperar cerca del área y, esporádicamente, hilvanar un contrataque.
La apatía de algunos futbolistas de Boca terminó contagiando hasta al propio Leandro Paredes, que tuvo una actuación regular dentro de un contexto decepcionante.
Racing fue todo lo contrario. La movilidad de sus jugadores provocaba desbordes constantes, y apariciones de riesgo en el área de Marchesín. El arquero de Boca fue clave para que el rival no pudiera abrir el marcador en esa parte del partido.
Boca salió a jugar el segundo tiempo con un poco más de decisión, y aparecieron situaciones para ponerse en ventaja. Las dos más claras las protagonizaron los uruguayos Merentiel y Cavani. El primero no pudo ante la salida de Cambeses, y el segundo remató por arriba cuando se encontraba abajo del arco.
La situación para Boca volvió a empeorar cuando Santiago Solari marcó el gol de Racing, aprovechando una desatención defensiva. Los nervios y la bronca se apoderó de todo el estadio. El público perdió la paciencia y no perdonaba un error de sus jugadores. Boca lanzaba la pelota al área de Racing pero las imprecisiones impedían la igualdad.
El alivio llegó a dos minutos del final, cuando el ingresado Milton Giménez impactó la pelota con la cabeza para lograr el empate, luego de un envío de Paredes. La tensión disminuyó, aunque la impotencia para lo que exhibe el equipo continúa.
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