El colonialismo es parte de la transición energética: el 70 por ciento de los minerales para energías renovables están en el Sur Global, pero la mayoría de los beneficios económicos de su explotación los acaparan los países más ricos del mundo. Así lo manifiesta el último informe de la Oxfam que describe el “saqueo” en minerales como el litio, el cobalto, el níquel y las tierras raras. Y se publica en un momento donde Argentina discute qué garantías entregará al gobierno norteamericano por el salvataje financiero que anunciaron sus autoridades. A la par, los países en desarrollo acumulan deuda mientras los contaminadores superricos —individuos, empresas y países— acaparan las energías renovables.
El informe de Oxfam titulado Transición injusta: recuperar el futuro energético del colonialismo climático describe la feroz explotación de minerales para la transición: “son proyectos que suelen implicar violencia, trabajo forzoso y daño medioambiental, con escaso consentimiento de la población local que vive en las nuevas zonas de sacrificio”, sostiene.
Moneda de cambio
¿Qué entregaría Argentina a cambio de la ayuda financiera de EE.UU.? Una alternativa son los minerales estratégicos, aunque vale recordar que las provincias tienen el dominio originario sobre los recursos naturales. Algunos analistas mencionaron también el interés estadounidense por instalar una base militar o un puerto logístico estratégico en Tierra del Fuego. Y, como ejemplo, aparece la experiencia mexicana de 1995, pues recibió un préstamo del Fondo de Estabilización de Intercambio, que ofrece ahora el Tesoro norteamericano, y a cambio incluyeron como garantía a las reservas petroleras.
Según el informe de la Oxfam existe una tensión entre el norte y sur global, ya que los últimos concentran el grueso de los minerales requeridos para la transición, pero el norte y China realizan las inversiones necesarias para su explotación. “Aunque los países del Sur Global poseen aproximadamente el 70 por ciento de las reservas de minerales para la transición, la mayoría de las inversiones en energías renovables se concentran en el Norte Global (50 por ciento) y China (29 por ciento), y esos beneficios se retienen en gran medida en manos del 1 por ciento más rico”, señalan.
Entre los minerales mencionados se incluye “hasta el 72 por ciento de las reservas de cobalto, hasta el 64 por ciento de litio, alrededor del 71 por ciento de níquel, hasta el 64 por ciento de cobre y alrededor del 87 por ciento de minerales de tierras raras”.
Esos recursos están altamente concentrados en unas pocas regiones: “más del 70 por ciento del cobalto mundial proviene de las provincias meridionales de la República Democrática del Congo, casi el 50 por ciento de las reservas de litio se encuentran en el «Triángulo del Litio» de Argentina, Bolivia y Chile, y el Sudeste Asiático y el Pacífico –en particular Indonesia y Filipinas- representan más del 55 por ciento de la producción mundial de níquel”.
Rentabilidad
En el informe, Argentina aparece citada en relación con la extracción del litio. Y la comparación que hacen es elocuente: “Se proyecta que la extracción será tan intensa que, en tan solo 11 años, el Triángulo del Litio (Chile, Argentina y Bolivia) producirá más litio que la plata que el imperio español extrajo en 300 años de dominio colonial. Entre 2015 y 2030, esta región producirá 1,6 millones de toneladas de litio, suficiente para cubrir toda la ciudad de Madrid con una capa de 5 milímetros de «oro blanco»”, persuadieron. Puntualmente, América Latina posee casi la mitad del litio del mundo, pero solo obtiene alrededor del 10 por ciento del valor.
“Tesla, la empresa propiedad del hombre más rico del mundo, Elon Musk, ganó 5.630 millones de dólares con la venta de vehículos eléctricos en 2024. Por cada vehículo, la empresa obtuvo unos beneficios de 3.145 dólares, 321 veces más de lo que obtuvo toda la República Democrática del Congo por suministrar los 3 kilos de cobalto que contiene cada coche. Es decir que el Congo solo captura el 14 por ciento de la cadena de valor del cobalto”, sostiene el mencionado informe.
Por otro lado, “los países ricos y las élites poderosas también dominan la arquitectura financiera internacional, invirtiendo miles de millones en sus propias transiciones mientras suman a los países del Sur Global en una creciente crisis de deuda y les dejan pocos recursos para financiar su propio desarrollo”, afirma la Oxfam con total actualidad en referencia al caso argentino.
Abordar la desigualdad y el colonialismo en la transición ofrece una oportunidad para remodelar radicalmente el panorama energético global. “Garantizar una transición justa también significa abordar la impactante desigualdad actual en el acceso a la energía. El 10 por ciento más rico de los ciudadanos consume la mitad de toda la energía mundial, mientras que la mitad más pobre de la humanidad consume solo el 8 por ciento”, concluye el informe.